La artista inaugura hoy la serie Mi espejo, Bolivia revelada, que contiene imágenes que captó en el desierto de ese país.
Seres que danzan envueltos en telas de color sobre una superficie
cristalina confunden al espectador, que no sabe cuál es la imagen
original ni cuál es su reflejo. Los detalles de unos pies que dejan su
huella sobre el agua, que crean remolinos a su paso, generan la misma
duda. Se desplazan sobre el mayor desierto de sal continuo del mundo, el
salar de Uyuni en Bolivia, un paraíso natural que cuando está
ligeramente cubierto de agua refleja en su extensión todo lo que ve,
como un espejo.
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María Fernanda Lairet refleja su ser en el mágico salar de Uyuni |
A ese lugar se trasladó a principios de
año la artista María Fernanda Lairet, que compuso una serie fotográfica
llena de color, de vida, de movimiento, cuyas piezas transmiten paz y
serenidad. Son los casos de una tela azul que flota por el área como si
fuese una nube más del paisaje o unas gotas de agua congeladas en el
instante preciso.
Mi espejo, Bolivia revelada es
el nombre de la serie. En ella, la diseñadora gráfica de profesión
también experimenta con el performance, con el fotoarte. Recrea escenas
con otros compañeros de viaje, que vestidos de colores como el rojo, el
amarillo y el verde, posaron ante su lente. Algunos están en fila, otras
mujeres aparecen desnudas, únicamente cubiertas por una tela roja
transparente, que deja al descubierto sus torsos, su anatomía.
“La
expedición surgió gracias a un amigo y su papá que es artista, Gastón
Ugalde, muy reconocido en Bolivia. Él siempre utiliza de escenario el
salar de Uyuni. Durante mucho tiempo nos insistió en que fuéramos, pero
yo lo veía como algo lejos. En enero me envió la información y decidí
sumarme a la aventura”, expresa la artista caraqueña.
Además
del salar, el grupo de viajeros tuvo la oportunidad de disfrutar del
Carnaval de Oruro. Allí, Lairet compró las telas y los ponchos que
utilizó para las escenas de sus fotografías. “Me maravilló todo lo que
vi, cada escenario era distinto, incluso en el mismo desierto. Había
zonas de tierra árida, otras estaban cubiertas de agua. El clima también
era increíble. A ratos hacía mucho frío y cambiaba repentinamente al
calor. Yo, que medito, cuando vi todo aquello confieso que me dieron
ganas de llorar. Fue una sensación muy extraña al estar allí. Me vi
reflejada, el espejo de la superficie me invitó a mirar hacia adentro, a
reflexionar. Fueron tres días en los que traté de no perder ningún
instante con la cámara porque cada momento era diferente”, comparte la
fotógrafa.
Mi espejo, Bolivia revelada
Estudio Arte 8, avenida Orinoco, edificio Elkano, piso 2, oficina 5, Las Mercedes
Inauguración: hoy, 5:00 pm
Horario: lunes a viernes, de 10:00 am a 5:00 pm
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